Dicen que para educar basta con tener paciencia y sentido común, pero hay muchas situaciones que a los padres nos superan: berrinches, pataletas, enfados… A continuación te enseñamos una serie de trucos para conseguir que tus hijos gestionen sus emociones y que puedes usar en casa. Es importante que el niño aprenda que para buscar la mejor solución a un problema debe sentirse en calma.
Para ayudaros hemos recopilado una serie de trucos y estrategias que a nosotros nos han funcionado muy bien con los niños con los que trabajamos, y que incluimos en el vídeo de la Ruleta de la Calma.
Las mejores estrategias para que tus hijos gestionen sus emociones
1. El semáforo
Esta técnica es muy sencilla y los niños la entienden enseguida, basta con asociar un color a cada emoción usando el semáforo como elemento visual. Así, el niño aprenderá a identificar la emoción que siente y a saber los pasos necesarios para pasar del rojo al verde:
- ROJO (PARAR): cuando nos sentimos nerviosos, enfadados o con mucha rabia, debemos parar, respirar y pensar en cómo nos estamos sintiendo.
- AMARILLO (PENSAR): ahora debemos reflexionar sobre qué podemos hacer para resolver el problema y elegir la mejor solución.
- VERDE (ACTUAR): ponemos en práctica la solución elegida.
2. La tortuga
El niño se imagina que tiene un caparazón protector donde puede refugiarse para estar tranquilo y relajado. Una vez el niño esté dentro de su caparazón, se ayudará de la respiración y la tensión y distensión muscular para tranquilizarse y poder buscar la mejor solución al problema.
Antes de explicarle al niño esta técnica podemos contarle la Historia de la Tortuga para que lo entienda mejor:
Historia de la Tortuga
Érase una vez una tortuga que siempre se enfadaba cuando le salía mal un dibujo y acababa rompiendo la hoja y gritando sin parar. También hacía lo mismo cuando perdía a un juego o cada vez que tenía que recoger su cuarto de juegos, siempre acababa gritando y molestando a los demás.
Un buen día se cruzó con una tortuga muy sabia y le contó lo que le pasaba. La anciana tortuga se quedó un rato pensando y le dijo: “La solución la llevas encima: es tu caparazón. Cada vez que te sientas nervioso, furioso o enfadado, métete dentro de tu caparazón y tranquilízate. Siempre tendrás ahí tu caparazón para cuando lo necesites”.
La tortuga puso en práctica el consejo y al día siguiente, cuando le salió mal un dibujo, en vez de gritar y romper la hoja, se metió en su caparazón un rato y se calmó. Al salir, cogió una goma y borró con cuidado la parte del dibujo que le había quedado mal y continuó pintando. Cuando terminó la tortuga sonreía de felicidad porque el dibujo le había quedado genial y lo más importante, había logrado calmarse para solucionar su problema.
Desde ese mismo día, cada vez que la tortuga siente que pierde el control, se mete dentro de su caparazón y cuando sale fuera ya tiene una solución.
3. La caja de la calma
Es una técnica sensorial donde usamos arena, agua,..o cualquier elemento que al niño le pueda relajar al meter las manos para manipularlo, mientras trabajamos la respiración. Para hacernos una Caja de la Calma basta con conseguir arena fina y una caja estanca y de algún material duradero para que no se deteriore con el tiempo.
4. El bote de la calma
Para hacer un bote de la calma solo necesitaremos una botella o un bote de cristal transparente, pegamento transparente, purpurina y colorante alimentario para darle color.
- Primero echamos agua templada en la botella hasta la mitad más o menos.
- A continuación añadimos dos cucharas soperas de pegamento y varias cucharas de postre de purpurina.
- Removemos hasta que esté bien mezclado y agregamos el colorante.
- Rellenamos la botella con más agua y añadimos más purpurina o colorante si te apetece. Cierra con fuerza la tapa, ponle pegamento para que no salga y…¡listo!
Una vez tenemos nuestro Bote de la Calma, lo agitamos y a medida que se van depositando los elementos que contiene, el niño debe respirar profundamente mientras los observa caer lentamente. De este modo su ritmo cardiaco se desacelera, disminuyendo el estado de agitación del niño.
5. Las bolas antiestrés
Otro de los trucos para conseguir que tus hijos gestionen sus emociones son las bolas antiestrés, que puedes hacer en casa fácilmente con tus hijos y les van a ayudar a relajarse y liberar tensión al apretarlas, además de pasar un rato divertido en familia.
1. Para empezar cogemos un frasco y vertemos dentro la harina, el arroz o lo que vayamos a usar de relleno.
2. Con ayuda de un embudo echamos el contenido del frasco dentro de una botella de plástico el relleno.
3. A continuación cogemos un globo del color que queramos y lo estiramos bien con la mano o soplando un poco para que esté más blandito.
4. Luego abrimos la boquilla del globo y la encajamos en la boca de la botella.
5. Damos la vuelta a la botella y vamos dándole forma al globo estirándolo para que vaya entrando dentro el material de relleno. Cuando tengamos dentro del globo la cantidad de relleno que queramos, lo retiramos y cortamos la boquilla con unas tijeras.
6. A continuación cortamos otro globo y envolvemos nuestra bola rellena. Repetimos el proceso varias veces hasta que quede bien compacta.Podemos usar varios globos de diferentes colores según queramos.
NOTA: también puede usarse plastilina o cualquier material maleable.
6. Los abrazos
Muchos niños para relajarse necesitan dar un abrazo a sus padres, sentir una caricia o algún tipo de contacto físico que les permita liberar tensión.
Recordemos que al abrazar se estimula la producción de dopamina a nivel cerebral, un neurotransmisor que genera una sensación agradable capaz de reducir la tensión y el estrés. Nuestros favoritos son sin duda los abrazos esponjosos, donde abrazamos como si fuéramos enormes osos de peluche.
7. Relajación
Esta técnica se basa en la tensión y relajación de distintos músculos del cuerpo, acompañada siempre de los ejercicios de respiración vistos anteriormente. Es conveniente realizarla estando tumbados y en un entorno tranquilo con poca luz y ruido. Aquí tenéis algunos ejemplos:
- Brazos y puños: estiramos el brazo derecho y cerramos el puño, apretándolo cada vez más fuerte como si exprimiésemos un limón. Observamos la tensión que se produce en todo nuestro brazo mientras hacemos respiraciones (funciona muy bien la técnica de respiración del Globo). A continuación vamos relajando lentamente el puño, abriendo los dedos poco a poco hasta que los relajamos completamente. Repetimos el ejercicios tres veces con cada brazo.
- Piernas: realizamos el mismo ejercicio tensionando y distensionando cada pierna.
- Frente y boca: ahora fruncimos el ceño como si estuviéramos muy enfadados, de forma que se nos arrugue toda la frente, y luego relajamos poco a poco la cara hasta que la piel quede lisa. Hacemos el mismo ejercicio apretando un labio contra otro y luego relajando la boca.
8. Pintar o escribir
Colorear, pintar, escribir… ayuda a los niños a concentrarse e inhibirse de sus preocupaciones y ansiedades. Puede ser por tanto una técnica de relajación adecuada para niños a los que les motiva esta actividad. Puedes por ejemplo descargarte mandalas para colorear en webs como Mundo Primaria.
9. Escuchar música o bailar
La música es un excelente vehículo para llevarnos a la calma; ya desde bebés acunamos a nuestros hijos para que se tranquilicen. Una vez son más mayores, escuchar música o bailar puede tranquilizarles y ayudarles a evadirse de su estado de ánimo anterior.
Estos son algunos de nuestros trucos favoritos para conseguir que tus hijos gestionen sus emociones, pero seguro que tú conocer alguno más. Cuéntanoslo abajo en los comentarios o pone en contacto con nosotros pinchando aquí.
Que lindo lo que proponen. Necesitamos mucho de esto!!
¡Hola Susana! Muchas gracias por tu comentario. Esperamos que estos trucos te sean útiles. Un fuerte abrazo